
Porque mal de cabeza es un tira y afloja conmigo mismo. Soy muy exigente a la hora de crear o pintar, paso horas, días y meses creando para luego no gustarme.
O bien quedar satisfecho y contento con el resultado y vuelta a empezar...
Es ahí cuando empieza el mal de cabeza porque estoy en constantes explosiones de ideas donde las modifico tantas veces hasta conseguir lo que quiero.
Casi nunca sigo una línea o patrón a la hora de pintar porque cada unas de mis obras son distintas unas de otras cada una cuenta su historia.